los hombres a los hombres se suceden,
en la vejez sus cálculos se estrellan,
su pompa y glorias a la muerte ceden:
la luz que sus espíritus destellan.
Muere en la niebla que vencer no pueden,
¡y es la historia del hombre y su locura
Una estrecha y hedionda sepultura!
¡Oh, si el hombre tal vez lograr pudiera
ser para siempre joven e inmortal,
y de la vida el sol le sonriera,
eterno de la vida el manantial!
¡Oh, cómo entonces venturoso fuera;
roto un cristal, alzarse otro cristal
de ilusiones sin fin contemplaría,
claro y eterno sol de un bello día...!"
JOSÉ ESPRONCEDA,
CANTO I
en la vejez sus cálculos se estrellan,
su pompa y glorias a la muerte ceden:
la luz que sus espíritus destellan.
Muere en la niebla que vencer no pueden,
¡y es la historia del hombre y su locura
Una estrecha y hedionda sepultura!
¡Oh, si el hombre tal vez lograr pudiera
ser para siempre joven e inmortal,
y de la vida el sol le sonriera,
eterno de la vida el manantial!
¡Oh, cómo entonces venturoso fuera;
roto un cristal, alzarse otro cristal
de ilusiones sin fin contemplaría,
claro y eterno sol de un bello día...!"
JOSÉ ESPRONCEDA,
CANTO I
Has elegido un buen poema de Espronceda que nos habla de la vanidad humana, de su corta existencia y de esos deseos de inmortalidad que desde siempre al ser humano le han fascinado.
ResponderEliminarLa vanidad humana suele cegar el espíritu y llenarnos de ilusiones falsas.
Besos y hasta pronto!!