Era un mono muy gracioso y ocurrente. No paraba de hacer chistes y deleitar a la concurrencia con acertijos y malabarismos. Tanto aumentó su popularidad entre los animales del bosque que éstos, en votación popular, decidieron nombrarle rey de aquel territorio. El mono fingió pensarlo un poco y aceptó.
Una zorra, llevada de su envidia, quiso demostrar que el mono no servía para tal cargo.
- Os engaña con su simpatía y gracejo, pero eso nada tiene que ver con las auténticas cualidades que deben adornar a un rey –decía ella, seria y respetable.
Condujo al rey mono ante un cepo preparado por ella. Un sugestivo trozo de carne resplandecía junto a ese artilugio mecánico. Parecía decir: ¡comedme! El mono, al verlo, se dejó llevar por su intenso deseo y echó mano de la carne. Naturalmente, quedó atrapado por el cepo.Por esta vez, la envidia de la zorra sirvió para desenmascarar la incompetencia del mono rey. Este servía para alegrar a las muchedumbres, pero carecía de cerebro para llevar el cetro real. Todos lo comprendieron, aunque nadie estimó el gesto de la zorra. La envidia no es popular, amigos.
HORIZONTE ESPERANZADOR
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¡ Puta Envidia ! Prefiero al mono, al mono, al mono. Já! Lapsus, prefiero reír, reír, reír. Paz Interna Mirona.
ResponderEliminarY seremos como Galactica, buscando un lugar llamado Tierra, ¿Para qué? Consumirse nuevamente en codicias, ay el ser humano y sus anhelos. Paz Interna.
ResponderEliminarY hay mas de un zorro que disimula querida! hay que estar atentos...
ResponderEliminarpero vamos a reirnos de todo!!!
espero que el horizonte esperanzador te ciegue y te haga feliz que es lo que mereces!
y a los zorros o envidiosos que les den por... SACO que no se deben decir palabrotas!jijiji
un beso