QUÉ GRACIA

Que conste: esto no es una estrategia para que me resvalen los dolores ni se me cosan las heridas; simplemente ¿qué más queda? No hace gracia, pero ahora me río. Sudé tanto para conseguirlo que la sequedad que inunda mi cuerpo me impide derramar líquidos. Que no me queda agua para llorar. Que no me quedan fuerzas para luchar. Puede que ni tenga deseos que cumplir. Y las pocas ganas que noto, o las administro o no sé cómo voy a funcionar. Lo que decía, no hace gracia que me ría. Pero quizá por eso ¡ahora me descojono! Qué gracia saber que no había dos caminos y aún así me perdí, que no había con qué tropezarse y me caí, que ni un solo día dejó de salir el Sol y a veces no amanecí... ¡qué gracia!

1 comentario:

  1. reirse de una misma a veces es la unica salida, pero es infalible

    abrazos

    ResponderEliminar

COMENTARIOS