Enamorarse es como nacer. En el preciso momento que sentimos la necesidad de desprendernos de nuestro yo para redimirnos en brazos de otro ser, ya no hay vuelta atrás, hasta la eterna noche en la que no soñemos que sucede y amanezcamos huérfanos de deseo. Por eso no hago más que dormir. Consciente de mi desdicha, sabiendo que olvidar no es más que un pequeño bostezo, pequeño pero eterno, me rindo al sueño con la esperanza de que mi pasión no se suicide en él para siempre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
... todo pasa.
ResponderEliminarasi mismo...http://www.youtube.com/watch?v=TDKMuImX1v8
ResponderEliminarOlvidar no es un pequeño bostezo... De verdad que no.
ResponderEliminar:)
Un abrazo.
Me tienes en tus manos y me lees lo mismo que un libro. Sabes lo que yo ignoro y me dices las cosas que no me digo... Jaime Sabines.
ResponderEliminarBrindo por tu posteo. Saludos Mirona